viernes, 24 de febrero de 2012




¿Sentiste en ti, dentro de tus entrañas, dentro de tu sangre, algo que fermentaba, que hervía, que se agitaba, que temblaba, que quería salir, derramarse inundar el mundo como un lago en llamas? ¿Sentiste nunca, después de alguna hora de agitación después de un gran crepúsculo, después de los versos de un poeta, sentiste que eras tú, tú en persona, el primer hombre, el descubridor de la vida, el descubridor del mundo? ¿Y no te pareció mísera está vida? ¿Y no te pareció pequeño este mundo? ¿No deseaste la muerte por amor a la vida? ¿No experimentaste la avidez de Alejandro ante el cielo lejano?


El Hombre que no Pudo Ser Emperador (Fragmento).

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